Jamás pensé que don Ignacio Herrerfas, quien fuera dueño del
periódico Novedades, me pidiera que colaborara coo él, pues yo
era un escuintle de catorce años.
Muy gustoso le comuniqué a mi madre que todos los días
tendrla que levantarme a las cinco de la rnafiana para bañarme y
arreglarme; todo con el fin de salir a tiempo hacia una vecindad
de Articulo 123, donde se encontraban, provisionalmente, las
oficinas del periódico.
Mi madre decía:
-Pero hijo, no creo que empieces a trabajar a las seis de la
mañana, pues ni tos albañiles comienzan tan temprano. -Yo te
respondía:
-Todo el personal labora muy de mailana: escritores y
redactores tienen que entregar sus escritos temprano a los talleres salga a tiempo para . que el iario········ Yo tenia que llegar
a las seis de la mañana.
Vlllfa en la calle Excél· '"" sior, en la colonia In·
dustrial, hacía más de
una hora de camino,
mi recorrido, de varios
kilómetros, lo hacia a
ralos corriendo, otros
caminando de prisa,
decidí hacerlo asi po¡'que según yo querfa
ser un muchacho
fuerte y no un escuintle
que no quisiera
caminar. Mi trabajo 1 ll!!!!!!illllliiilil.líl!!!!!!!! en el periódico era ~
LA FAMILIA 8UARÓN
muy "importante", pues mi presencia era necesaria para darles
café a los redactores e irles a comprar las tortas y los cigarros.
Después de esa labor, me sentaba a dibujar un cartón que se
publicaba en Novedades. Como aún no tenía mucha habilidad,
mi colaboración era tan sólo dos veces a la semana. El trabajo
consistía en buscar cosas raras o poco sabidas para ilustrarlas.
En cuanto terminaba mi cartón, se lo llevaba al señor Herrerías
para que me diera el visto bueno, tanto del dibujo como del
texto. Así pasaron varios meses y un buen día el jefe me dijo:
- Varguitas, te habrás dado cuenta que están de moda las
historietas ... quiero que hagas una para publicarla en Novedades.
Sentí que los cabellos se me erizaron de miedo, ya que no
sabía nada sobre historietas, pues mi trabajo era dibujar en
"serio" Don Ignacio me pedía que creara un personaje, que
estaba muy lejos de poder imaginar. Así que le contesté:
-señor Herrerías, yo no sé cuál es la técnica de las historietas,
por lo tanto, lo que usted me pide, en vez de entusiasmarme,
me ha provocado miedo, pues no sabrfa cómo empezarla.
Don Nacho contestó:
L.AFAMIUP.BI)flRQI'Il
- Nad1e nace sabiendo. pero tU me vas a hacer una. Te voy a
mandar a comprar todas las h1stor~etas que se publiCan para que
las analices CUidadosamente y te lijeS en la técmca que u!ihzan
para mantener et 1nterés en cada nuevo nUmero. Además quiero
que p1enses en algún personaje que tenga gran 1mpacto. supongo
que ya habrás oído hablar de las SigUientes histonetas El
Fantasma. El Hombre Araña. Supermán. Educando a Papá, Anrta
la Huerfanlta. El Capitán Tiburón.
Temblando de p1es a cabeza le dije al señor Herrerías que
vería todas las hiSIOfletas con atención y que de la manera más
honesta le contestaria si era capaz o no de llevar a cabo d1cho
proyecto. A manera de orden comentó:
-Tú puedes hacerla. así que ve pensando en un personaje,
en el héroe de tu hiStOrieta. InSISto. revísatas muy b1en. es más.
llévatelas a tu casa. pues quiero que me des una respuesta lo
más rápido pos1ble. No eches en saco roto lo que te p¡do. es
urgente que Novedades entre a la moda de las historietas.
Llegué a mí hogar triste y pensativo, coo un montón de
