La prodigiosa obra del mexicano David Alfaro Siquieros está fuera de toda discusión. Su vida, en cambio, ha quedado signada por aquella madrugada de 1940 en que intentó asesinar a León Trotsky en Coyoacán. Desde entonces convoca adhesiones y rechazos, pero nadie niega el halo de pasión que reviste su perfil de artista en tiempo de acción y rebeldía. La figura de Blanca Luz Brum, ?uruguaya por nacimiento, peruana por matrimonio, mexicana por amor, argentina por pasión, chilena por corazón y descendencia?, como la definió otra escritora,es mucho menos conocida, pero emana similar aura de leyenda. Siquieros, el ?pintor de la pistola? fue coherente con su estalinismo. Blanca Luz pasó por el activismo de izquierda y el peronismo, hasta llegar a apoyar a Augusto Pinochet. Ambos fueron inconformistas, polémicos, fogosos, irascibles. Y además ambos se amaron; con intensidad durante cuatro violentos años, con distancia durante décadas. Esta es la poca transitada historia de dos seres desmesurados, una historia de turbulencias, o como dice el autor: ?Una buena historia de amor?
