OLIVERA BELMAR MARIA DE LOS ANGELES FERNANDA
Mirando los viejos papeles del siglo XVI, en la soledad de los archivos históricos de mi país y de España, surge a través de sus letras un rostro triste, la figura de una niña indígena, abandonada a su suerte en manos de Hernán Cortés. Y veo al conquistador, un hombre que ya no es joven y posee el talante altivo, seco, de quien ama el poder y anhela la gloria, como premio a lo considerado por él como arrojo. Y entre lo dicho en muchos papeles descubro, que para conseguir el control sobre los naturales de la vencida Tenochtitlan utilizó a esta joven a quien llamó Ysabel, llegando incluso a causar su deshonor y el nacimiento de una hija no deseada.