Las cartas de mi papá nos causaron gran sorpresa:"para cuando termine el año escolar de 1926, es decir dentro de diez días, ya no van a volver al colegio. Nos regresamos a México."La noticia para nosotros era excelente, pero no podíamos comprender a qué se debía cl inesperado viaje. De acuerdo a los planes estaríamos un año más de internos en el colegio en Inglaterra, así que no entendíamos qué había pasado."Ya escribí a la Directora Mrs. Tate, dándole todas mis instrucciones. El Ministro de México en Inglaterra, a quien ustedes ya conocen, pasará a recogerlos"éstas eran sus instrucciones.Rápidamente empacamos nuestras cosas y el día indicado llegó el señor Embajador Rosenzwcig Díaz acompañado de mi hermano Domingo a quien ya había recogido previamente en su escuela, y nos llevó al muelle en don-de estaba el barco en que partiríamos hacia Suecia. Ya nos esperaba el Capitán, quien prometió cuidarnos y atendernos. Viajar los cuatro hermanos solos era una novedad para nosotros, siempre lo habíamos hecho acompañados por nuestros padres. Llegamos a Gotenburgo, Suecia, con un día de retraso a causa de una de esas terribles tormentas del Mar del Norte. Encontramos a papá sumamente preocupado por nuestra tardanza.Partimos en el primer tren rumbo a Estocolmo y ya en nuestro compartimento, rodeado de sus cuatro hijos menores, Leonor, Margarita, Domingo y Angela (Carmen, mi hermana mayor estaba acompañando a mi mamá) ; nos dijo:"vamos a regresar antes de lo previsto, porque mi deber es tratar por todos los medios, de impedir que Obregón se reelija Presidente, como pretende. Yo fui Secretario de la Convención de Aguascalientes y estampé mi firma sobre la bandera mexicana, junto con todos los Convencionistas, entre ellos Obregón, y todos juramos que nunca más sería reelecto un Presidente en nuestra nación."Así que, álvaro Obregón y su desmedida ambición eran la causa de nuestro retorno.
