Bartimeo, conocido como "El Ciego de Jericó", vivió durante años marginado debido a su ceguera. Uno de los milagros que obró Jesús en la tierra, se lo regaló a Bartimeo: le devolvió la vista. Con ese regalo, también vino la dignificación de Bartimeo como hombre y como judío, pero sobre todo vino la búsqueda desesperada de este hombre por entender la figura de Jesús; por entender por qué Dios permitía que él volviera a ver; por qué si Jesús era el Esperado permitía recibir esa muerte, o es más, la muerte; por qué si era quien liberaría al pueblo judío no se coronaba rey y organizaba ejércitos y contrario a eso, instauraba la cultura del amor y la igualdad. Fernando Nieto Reyes, autor de Como trigo limpio, una vez más nos mete de lleno a una historia de fortaleza, lucha y convicción; con su maravillosa narrativa y uso increíble de la descriptiva, nos atrapa página a página en la historia de Bartimeo, su familia, sus amigos, los discípulos y la doctrina de Jesús.