Cuando se habla de las características inconfundibles del humor inglés, se habla concretamente del londinense Gilbert Keith Chesterton, porque toda su obra lleva este sello de identidad. Y como una evidente muestra de ello, es la colección de relatos El club de los negocios raros. En ellos encontramos la búsqueda de lo singular, lo que no puede repetirse de ninguna forma porque se trata, indudablemente, de historias que solo pueden ser posibles en un mundo permeado por la excéntrica flema inglesa.