El pueblo es un poeta y esto lo sabían los hermanos Grimm cuando a principios del siglo XIX recorrieron varias regiones de Alemania para oír de sus habitantes aquellos relatos de carácter popular que sus abuelos habían contado con deleite y sus padres habían repetido con tesón para fijar toda su fantasía y sabiduría en la memoria de los pequeños. Estos cuentos, que han llegado hasta nuestros días convertidos en clásicos de la literatura gracias al trabajo de los hermanos Grimm, son el reflejo del vigor imaginativo del folclore alemán. Su belleza y sencillez han fluido en infinidad de autores y las historias que narran han sido adaptadas al cine, al teatro y a la televisión en el mundo entero, por lo que ahora ya forman parte de la cultura popular universal.
