CUENTOS DEL MEXICO ANTIGUO / CUENTOS DEL MEXICO ANTIGUO / HISTORIAS DE VIVOS Y MUERTOS

CUENTOS DEL MEXICO ANTIGUO / CUENTOS DEL MEXICO ANTIGUO / HISTORIAS DE VIVOS Y MUERTOS

Editorial:
LIBRERIA DE PORRUA HNOS. Y CIA. S.A. C.V.
Materia
Literatura / poesia
ISBN:
978-970-07-7133-5
Páginas:
314
Encuadernación:
Rústica
Colección:
SEPAN CUANTOS
$90.00
IVA incluido

Un grupo de escritores mexicanos, de los años que siguen inmediatamente a la Revolución Julio Jiménez Rueda, Luis González Obregón , Mariano Silva, Aceves, Genaro Estrada, Alfonso Cravioto, Manuel Horta, Jorge de Godoy, Francisco Monterde, parece no sentirse cómodo en la cultura oficial de la época e intenta, en una especie de colonialismo retrospectivo, rescatar literariamente lo que considera la más honda raíz de México, la castiza. Reforma lenguaje y anecdotarios del Virreinato para "interpretar poéticamente la historia de su patría" Por eso se les conoce como "colonialistas". Su actitud tal vez pueda explicarse como una reacción contra el afrancesamiento de los modernistas y de los tiempos porfirianos, un retorno a lo que consideran como origen del vigor cultural, el elemento hispano. No poco se inspiraron en el precedente de un libro que fue muy celebrado en su tiempo: Su actitud tal vez pueda explicarse como origen del vigor cultural, el elemento hispano. No poco se inspiraron en el precedente de un libro que fue muy celebrado en su tiempo: Las tradiciones peruanas, de Ricardo de Palma, así como en los estilos de algunos escritores de su tiempo, tal el argentino Enrique Larreta, que buscaban explotar la riqueza del idioma y distanciarse del vulgo. Por otra parte sentían que la Revolución estaba muy lejos de facilitar la vida cultural. Valle-Arizpe, tal vez el más conspicuo del grupo, expone paladinamente sus miras. El colonialismo fue para mi una institución. Vivíamos los años tremendos, desastrosos, de la Revolución. Como era imposible conseguir la tranquilidad con los ojos puestos en el hoy, le di la espalda al presente y me instalé en los siglos de la Colonia. Fue indudablemente, lo que ahora llaman un acto evasivo.