La felicidad es un bien mayor que perseguimos todo el tiempo, una felicidad que se compone de armonía, de un equilibrio estable y seguro que nos permite disfrutar de nuestra cotidianidad, así también para permanecer abiertos y receptivos a lo que la vida nos pone enfrente y con plena conciencia para tomar cualquier decisión. Sin embargo, este equilibrio se pone en peligro cuando situaciones externas afectan nuestros estados de ánimo.
Durante el transcurso del día todos nosotros, los seres humanos, enfrentamos cambios emocionales; pasamos de estar muy contentos a enojarnos, entristecernos, preocuparnos, agobiarnos o bien, aparecen la culpa, el miedo, la envidia y muchas otras emociones más.
Pues bien, las emociones tienen un origen que proviene de lo que pensamos, y eso que pensamos lo convertimos en una verdad, dejamos divagar la mente y nuestras emociones van mezclandose, entretejiendo historias hasta ponernos al borde de un ataque