Es una extensa carta que el autor envió desde la cárcel de Reading a su amante lord Alfred Douglas, hijo del marqués de Queensberry. En esa misiva escrita en hojas suelas, muestra un profundo arrepentimiento por su pasado estilo de vida y revela la parte más viva y recóndita no sólo de su lúcida inteligencia, sino también de su compleja personalidad. Asimismo, esta obra extremadamente reveladora, el autor narra las vicisitudes que enfrentó durante su reclusión en la cárcel, donde por primera vez experimentó el significado de dolor, es decir, la amargura de un mundo hasta entonces desconocido para él.
