La educacion planificada hasta límites insospechados se va apoderando poco a poco de la vida de los niños, imponiéndoles el deber de construir un currículo, en lugar de aprender a ser curiosos y plantearse las preguntas necesarias para afrontar la vida.
La escuela educa desde y para la obediencia, como un campo de entrenamiento donde se aprenden las respuestas correctas y no las preguntas adecuadas.
Cada vez se estudia más y se juega menos, porque e un mundo donde todo pasa por el tamiz del rendimiento, solo se debe jugar cuando se han terminado los deberes, las cosas importantes.