Primero está el dolor por la pérdida y luego está el duelo. Desde hace mucho tiempo, hemos asignado al duelo al ámbito de las emociones nebulosas, pero ahora sabemos que el cerebro crea esas emociones en respuesta a muchos factores externos. La neurocientífica Mary-Frances O'Connor lleva más de veinte años estudiando los efectos del duelo en el cerebro y en el cuerpo, y los indicios que ha hallado acerca de la forma en la que abordamos la pérdida tienen su origen en la forma en la que nos enamoramos. En El cerebro en duelo, O'Connor explora este nuevo territorio y explica lo que ocurre dentro del cerebro cuando nos apegamos a otra persona y luego la perdemos; y por qué puede resultar tan difícil imaginar un futuro sin ella. (Pista: A veces el cerebro nos hace creer que la muerte simplemente no ha ocurrido). A los lectores de libros de divulgación científica como El cuerpo lleva la cuenta, de Bessel van der Kolk y How Emotions Are Made, de Lisa Feldman Barrett, así como de las memorias de Joan Didion, El año del pensamiento mágico, sobre la muerte de un ser querido, El cerebro en duelo ofrece una información destacable sobre el funcionamiento de la mente y la evolución del duelo. La explicación de O'Connor sobre la reacción del cerebro a una pérdida es una visión inspiradora del amor. Y su descubrimiento de que debemos ver el duelo como una forma de aprendizaje es una perspectiva nueva y audaz de un problema intemporal.