Tomás ve cosas que nadie más puede ver: la belleza de Elisa y su pierna de madera, la magia de la vecina que ama tanto a Beethoven. Pero Tomás también ve que su devoto e implacable padre golpea a su madre. Y Tomás puede consolarla, pero no protegerla. Sin embargo, Tomás logra enfrentarse a su padre al descubrir, gracias a su amistad con la vecina, que la felicidad empieza cuando uno deja de tener miedo.