El próspero Simbad prefiere dejar las riquezas de su tierra para embarcarse en una fascinante y apasionante aventura. El viejo Simbad no podía evitar el aburrimiento en su palacio y, por eso, invitaba generosamente a cualquiera que tuviese alguna nueva aventura que narrar. Un día escuchó a un viejo lobo de mar que desembarcó en Basora la extraña historia o leyenda de la Isla Errante. Así da comienzo el octavo viaje de Simbad el marino.