Los exámenes provocan rechazo, miedo, respeto, desafíos. Se les considera "algo injusto pero necesario" o se les hipervalora. Han llegado a ocupar un lugar focal no siempre comprendido, que responde a demandas o necesidades de muchos actores: estudiantes, docentes, agentes educativos en general y otros agentes sociales que solicitan certificaciones mediante exámenes válidos. Este libro muestra desde la reflexión sobre la práctica la compleja tarea de evaluar la lengua, el proceso de elaboración de exámenes, a planificación, el diseño de actividades y la corrección, con la firme convicción de que el mejor examen es el que hace un profesor que analiza y reflexiona para poder escuchar y valorar la lengua del alumno.