Grandes Amores de la Historia Para algunos, Giuseppe Garibaldi fue un gran idealista, pionero en la lucha por una Italia unida. Para otros fue un simple mercenario. Lo cierto es que desde su primera juventud, Giuseppe se enroló en las filas republicanas y fue perseguido y condenado a muerte, por lo que debió huir primero a Túnez y luego a Brasil. Instalado en Río Grande do Sul, se alistó en la lucha nacional contra el imperio portugués. Allí tuvo oportunidad de conocer a quien sería el gran amor de su vida: Ana María de Jesús Ribeiro. Cuando se vieron por primera vez, ella estaba casada y tenía dieciocho años. él ya contaba con treinta y dos. Se enamoraron de inmediato y unieron sus vidas en medio del escándalo y la condena social. La tierna muchacha se transformó en una temeraria guerrera, que secundaba a su hombre y tomaba el primer lugar en la batalla. Ya era Anita Garibaldi. Sufrieron miseria, privaciones y derrotas. Tuvieron cuatro hijos. Emigraron a Uruguay y luego cruzaron el Atlántico para seguir luchando por la república en Italia. Anita, que alternó su vida entre la maternidad y los estruendos del comba-te, murió a los veintiocho años, de fiebre tifoidea, en campaña militar junto a su esposo. Esta es la historia de un amor que amalgamó ternura y pasión guerrera.
