Es menester a su vez identificar y distinguir tanto esos presupuestos de fondo como aquellas características formales que lo dibujan externamente. Creemos que la literatura jurídica ha sido prolifera en la descripción de esas características formales de las que hablamos en el párrafo que antecede, motivo por el cual dedicaremos este texto a la revisión de los presupuestos de fondo del sistema penal acusatorio que hemos denominado los principios sustanciales del modelo acusatorio. La comprensión de un sistema penal exige entonces al actor, cualquiera sea la posición en la que se encuentre dentro de su dinámica, esto es, sea servidor público jurisdiccional, operador jurídico representante social y titular de la acción penal, policía investigador, profesional del Derecho postulante, incluso al ciudadano común y corriente, conocer tanto aquellos aspectos sustanciales como formales que lo hacen y lo identifican pues no de otra manera podría hacer un buen uso de semejante herramienta de construcción social a través de la solución de conflicto penal sometido a su conocimiento. En ocasiones los sistemas penales son objeto de profusas críticas que pretenden develar sus aparentes fallas, sin embargo, pocas veces reconocemos que el sistema penal por lo general constituye una orientación de la manera del quehacer procesal, pero el uso que de é1 hagan los usuarios impacta negativa o positivamente en su transcurrir.
