Se han cumplido en este año, dieciocho reimpresiones de Historia de la cultura, y hoy surge la segunda edición, pero la gran pregunta es ¿qué ha sido de la historia de la cultura desde el remoto momento en que la semilla humana lire depositada por Dios sobre la "Tierra hasta el día en que el hombre se cree más poderoso que nunca, casi a las puertas del secreto supremo de conocer el origen de la vida misma y de la composición de la materia? La historia de la cultura, que es corno decir la cultura misma, se nos revela en un peregrinar incansable en busca de objetivos individuales y colectivos, de apasionamientos -y pasiones- del hombre aislado y el hombre genérico. Objetivos que son de índole material, pero que también lo fueron de índole espiritual, entremezcladas ambas de manera confusa porque el hombre, aunque dotado de espíritu, sólo puede realizar materialmente. Ante el fenómeno de tiempo y espacio, es decir, de cronología y difusión espacial de la cultura, mantenemos el criterio de guardar la debida proporción entre unas épocas y otras. En esta edición se añaden dos capítulos apasionantes: Cultura, ciencia y arte entre dos centurias: del XX al XXI y Arte a finales del siglo XX En la actualidad está relativamente en boga hablar ele cultura científica y tecnológica, debido, sin duda, al creciente interés general por todo lo relacionado con la diversidad cultural y las relaciones interculturales. Pero también tiene que ver con la cada vez más evidente y decisiva configuración global de las culturas por la incesante avalancha de innovaciones tecnocientíficas. La palpable transformación de la cultura en tecnocultura fomenta la aceptación de la ciencia y la tecnología como algunas de sus modalidades. En todo caso, es innegable que uno de los mayores retos para la cultura del siglo XXI está en comprender, valorar y manejar culturalmente la proliferación de las innovaciones tecnocientíficas. José Manuel Lozano
