¿Quién los cuida? ¿Quién los ama? ¿Dónde viven? ¿Dónde sueñan? ¿Quiénes son? ¿Quién les cura las heridas llenas de sangre, rabia y amargura a los huérfanos de la guerra del narcotráfico? Son niños y niñas de tres, cinco o nueve años, muchachas descalzas, adolescentes perdidos, con casa o desplazados, con ilusiones o intensamente deprimidos, son huérfanos que perdieron a sus padres por la violencia y los levantones, por tortura o asesinato. Son hijos de narcos o de policías, de trabajadores del campo o de maestros, hijos desolados de oficinistas, mecánicos, amas de casa, comerciantes... son víctimas de la violencia que carcome a nuestro país. Javier Valdez Cárdenas entrega en este libro una investigación conmovedora sobre la forma en que sobreviven los desamparados, los seres que perdieron a sus familiares y con esa pérdida desgarradora se desprendieron de toda esperanza. Con el tono profundamente reflexivo, el destacado reportero entrega en estas historias la realidad de niños que jamás volverán a tener el abrazo amoroso de su madre asesinada, el testimonio de los padres que vieron alejarse un día, y para siempre, al hijo cargado de ilusiones, hoy desaparecido o hallado torturado salvajemente; las revelaciones de madres que se han ahogado con su propio llanto ante la impotencia de ver a sus hijos desollados, sólo como cifra fría y cruel de una más de las víctimas de una guerra que fractura a México. Huérfanos del narco es la voz de los niños: vivos en el dolor y muertos en su seca alegría, es el testimonio real de lo que pasó en Ayotzinapa, en Culiacán, en Tamaulipas... en la frontera y el sembradío, en las oficinas ministeriales y los terregales donde yacen los ejecutados. Un libro necesario para darle voz a los niños desposeídos, para exigir conciencia y, sobre todo, una obra que pone al autor como el periodista con mayor credibilidad para informar -en medio de la desgracia y el anhelo roto- sobre las secuelas de la guerra del narco en México.
