Toda tentativa de acción cultural y sólo cultural chocará necesariamente con la pasividad, el desinterés y la despolitización de una gran parte de los miembros de la sociedad, es decir, con la estructura psíquica creada y desarrollada por el capitalismo de organización. La acción cultural está condenada a la esterilidad si se separa de la acción social, económica y política, pero éstas no pueden tener éxito al margen de la lucha por la toma de conciencia y la activación de ésta, activación inseparable del auge de la vida cultural.