Esta obra, basada es experiencias clínicas de varios años, se dirige a especialistas en psicoterapia infantil y a toda persona sensible que desee entender mejor a sus hijos, sus hermanos (o sin duda, a sí misma); abarca casos sencillos y comunes, así como otros complicados y difíciles de resolver. Maruca Ruiz plantea que el niño no es un adulto chiquito y que su familia como el molde psicológico determinante de la conducta infantil, y la relación familiar-individuo como punto central, analiza la forma en que el pequeño concibe el mundo de los adultos y el suyo propio. Para la autora, un niño con problemas en la escuela, en la casa o en sus relaciones interpersonales es un joven individuo al cual su familia – de mil maneras distintas – lo hace ser y actuar de ese modo.
