Jasón no sólo regresa de la Cólquide con el vellocino de oro, sino que también seduce a la hija del rey Eetes, Medea. Pero cuando recalan en Corinto una vez consumado su matrimonio, Medea desplegará una pavorosa venganza contra él al descubrir que pretende a la hija del rey Creonte.
Decían sus coetáneos que Eurípides prefería representar "las cosas como son y no como deberían" y quizá sea ello lo que nos sigue atrayendo hoy de esta princesa extranjera: su cruda realidad, su repulsión natural hacia el perjurio, su asimilación negada, su temible ira, su compromiso con la sangre.
El helenista y escritor Ramón Irigoyen presenta aquí una versión apta para el escenario, en verso libre, acompañada de una panorámica introducción. Cierra el volumen un análisis de Medea como arquetipo de la literatura y el cine, a cargo de Jordi Balló y Xavier Pérez, profesores de comunicación audiovisual en la Universitat Pompeu Fabra.
