Durante más de un año Óscar Martínez se dedicó a convivir con los migrantes indocumentados que atraviesan México para llegar a Estados Unidos. Durmió en sus albergues, comió de sus platos, se subió con ellos a los trenes y hasta vadeó el río Bravo. Pero sobre todo, escuchó sus relatos, los anotó en su libreta de apuntes y luego los transformó en las 14 crónicas que componen este libro. Desde una óptica estrictamente periodística, en Los migrantes que no importan se perfila el drama casi desconocido que cada año afecta a cientos de miles de hondureños, salvadoreños, guatemaltecos y nicaragüenses que huyen de la miseria, y en su huida se topan con la violencia gratuita instaurada por grupos de asaltantes, secuestradores y violadores, con la complicidad o la inoperancia de las autoridades mexicanas. Secuestros masivos perpetrados por mafias vinculadas al narcotráfico, violaciones constantes contra mujeres que caminan por descampados, polizones que viajan en el techo de trenes de carga, policías y funcionarios corruptos, desiertos, ríos: el viaje de un migrante centroamericano rumbo a Estados Unidos es mucho más que el traslado entre dos puntos. Es una carrera de obstáculos que muchos no logran sortear. Este es un libro de crónicas periodísticas que relata, desde el terreno mismo, la travesía de estos indocumentados que antes de intentar entrar a Estados Unidos deben atravesar más de 5,000 kilómetros de un México desconocido, escondido entre vías férreas y pequeños pueblos.