MONJA Y CASADA VIRGEN Y MARTIR VOL 1 Y 2

MONJA Y CASADA VIRGEN Y MARTIR VOL 1 Y 2

Editorial:
LIBRERIA DE PORRUA HNOS. Y CIA. S.A. C.V.
Materia
L i t e r a t u r a
ISBN:
978-970-07-1690-9
Páginas:
703
Encuadernación:
Cartoné
Colección:
ESCRITORES MEXICANOS
$180.00
IVA incluido
Stock NO garantizado por baja existencia
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A pesar de que ya en el siglo XVIII pueden encontrarse, lo mismo en Francia que en Inglaterra y Alemania, ejemplos de novelas históricas, el pleno desarrollo de este género se debe al romanticismo. Lo que se ha llamado (la fiebre de la novela histórica) fue producto de la influencia de Walter Scott, sobre todo a partir de lvanhoe (1819). A poco este novelista es traducido, adaptado e imitado en España y América. De 1834 son Sancho Saldaña o el castellano de Cuéllar, de José de Espronceda, y El doncel de don Enrique el Doliente, de Mariano José de Larra. La literatura narrativa mexicana de la época del romanticismo descubre bien pronto una rica mina de asuntos en nuestra historia colonial. Pero, en lugar de la novela voluminosa, se ensaya en los relatos cortos, como en José Gómez de la Cortina, La calle de don Juan Manuel y José Joaquín Pesado, El inquisidor de México (ambos de 1835) y en Ignacio Rodríguez Galván, La hija del inquisidor ( escrita en 1836 y publicada en 1837). En la primera edición de Monja y casada, virgen Mártir dice Riva Palacio, en una carta al editor: Los personajes y los episodios son históricos, y he logrado encontrar preciosos datos en la gran oscuridad que envuelve la historia de las costumbres de la época. Son históricos los elementos que utiliza, pero al ensamblarlos para componer la narración suele alejarse de la historia. Pongamos un solo ejemplo: son reales tanto Martín Garatuza como el pleito para impedir que el convento de Santa Teresa se estableciera en ciel1as propiedades que le habían legado; pero en 1615, cuando comienza la narración, el pleito tocaba ya a su fin y Martín Garatuza no tenía más que catorce años de edad. Se puede decir que esta es una muestra del conflicto que, en el campo de la novela histórica, ha existido siempre entre la exactitud de los acontecimientos y la imaginación creadora, en el cual no todo está a favor de la exactitud, ya que la fantasía suele crear con sus adivinaciones y trazos libres un ambiente de mayor evocación histórica que la paciente acumulación de fragmentos arqueológicos.

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