La mañana del 6 de diciembre de 1993, Rita Macedo visitó a su hijo Luis de Llano en su oficina, le dijo que estaba ahí para despedirse. Horas más tarde, se quitó la vida. Dejó escritas sus memorias las cuales no concluyó. Veinte años después, a fuerza de superar el golpe, su hija, Cecilia Fuentes Macedo, se dio a la tarea de ordenarlos y editarlos.