El mensaje que recibimos del mundo es claro: no somos somos suficientemente delgadas, hermosas, inteligentes. Ser mujer es todo salvo tener la capacidad de aceptarnos. Carol Rossetti, en contraparte, nos pide que revirtamos la idea: "No somos lo bastante buenas. Somos aún mejores". A pesar del progreso de la sociedad, todavía hay una opresión cruel y sutil hacia lo diferente en general y hacia el género femenino en particular.