En este recital, la brevedad adquiere distintas tonalidades como la ironía, la incertidumbre, el humor o la paradoja. Pero también juega con el lenguaje y lo demuestra cuando algunas de las expresiones metafóricas cotidianas son llevadas a lo literal en forma creativa. En este pentagrama figuran dioses prehispánicos, sirenas, ciudades laberinto, casualidades malignas, espejos, sangre amarilla, embarazos imposibles y otros elementos más, todos ellos para interpretar con música primigenia un concierto literario.