La fuerza de este ensayo, referencia obligada para todo aquél que esté interesado en el creador de Zaratustra, radica en el vínculo que unía al autor con un Nietzsche aún desconocido: Brandes fue amigo cercano del filósofo, y escribió el libro cuando éste todavía vivía, de ahí la cálida magia que lo empapa y lo hace especial frente a los cientos de ensayos que aparecieron más tarde. Cuando Georg Brandes, en su interpretación de la filosofía de Nietzsche, formuló la expresión <