Escondido en medio de montañas llenas de pinos, se encuentra El Durazno, un pueblito apacible donde vive Juan, el niño de pocas palabras. La calma en aquel lugar se interrumpe por la llegada de Marko, un extranjero que se ha construido una cabaña en lo alto de un árbol. La música de Marko será el mejor vehículo para que Juan vuelva a ponerle palabras a su mundo.