En el centro de Chicago, Esther Vaughan desaparece de su apartamento sin dejar rastro. Entre sus posesiones se encuentra una carta inquietante dirigida a "Querida mía," que deja a su compañera de habitación preguntándose si de verdad conocía a su amiga. Mientras tanto, en una pequeña ciudad a una hora de Chicago, una misteriosa mujer aparece en la tranquila cafetería donde trabaja como friega platos el joven Alex. De inmediato se siente atraído por ella, pero lo que empieza como un enamoramiento inocente degenera rápidamente en algo mucho más siniestro.