NUESTRAS HORAS ESTAN CONTADAS

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Editorial:
LETRAS DE PLATA
Materia
L i t e r a t u r a
ISBN:
978-607-696-271-8
$310.00
IVA incluido
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Corre el verano de 1985 y en Badiascarna, un pueblecito asentado sobre las colinas toscanas y alejado de ciudades repletas de obras de arte y de pintorescos viñedos, Sauro Terra pasa el tiempo cazando lagartijas y hablando con el póster de David Bowie que tiene colgado en su habitación. Tiene catorce años y no sabe qué hacer con su vida, pero hay algo que tiene muy claro: cuando sea mayor, será todo lo contrario a su padre. Desde que se jubiló anticipadamente de la central geotérmica de NovaLago, Rino Terra ha cortado todo contacto con el mundo, y ahora tiene la costumbre de perderse en el bosque mientras lee en voz alta una serie de extraños panfletos comunistas. Aunque todavía no lo sepa, tiene los pulmones cubiertos de fibras de amianto; el amianto que se ha desprendido de los conductos de vapor de NovaLago y que, como una nevada invisible, cubre toda Badiascarna. Harto de estar siempre cerca de su padre, Sauro reúne a sus amigos ?Momo, un chico enclenque que le tiene miedo a todo; el Doctor, con su mirada gélida y la arrogancia de quien no tiene nada que perder; y el Trifo, un joven problemático que tiene visiones inquietantes antes de quedarse dormido? y forma una banda de punk. ¿Qué importa si su sala de ensayos es la cámara frigorífica de un matadero? ¿Y qué si ninguno de ellos sabe tocar? Luego, cuando una magnética chica de pelo rubio llamada Bea también se une a la banda, todo parece perfecto. Sin embargo, la noche anterior a su primer concierto, la repentina desaparición del Trifo destruye los sueños del grupo. Veinte años después, nada ha cambiado en Badiascarna: los trabajadores de la central eléctrica todavía se reúnen en el único bar del pueblo y los conductos de vapor brillan bajo el sol, como recordatorio del destino que les espera a los habitantes. Solamente Sauro, en su apartamento de la ciudad, parece diferente, a años luz de distancia del chico que alguna vez fue. Pero cuando recibe una llamada en la que le informan que Rino, el padre que lo echó de casa sin motivo aparente en 1985, parece haber desaparecido, Sauro acepta volver para buscarlo. Aunque no quiera admitirlo, ese viaje es su última oportunidad para encontrar una respuesta a las preguntas que nunca han dejado de atormentarlo: ¿por qué su padre lo echó de casa? ¿Qué sucedió con el Trifo? ¿Y qué pasó con sus compañeros de aquella época?