A diferencia de prácticamente todos los libros que tratan de los números, escritos por matemáticos o construidos desde las perspectivas de estos, Los números nos hicieron como somos se mueve en territorios muy diferentes, los propios de disciplinas como la Psicología, la Antropología o la Lingüística. Su autor, el antropólogo Caleb Everett, muestra que los números son en realidad una invención con base lingüística característica de nuestra especie. Las cantidades existen en la naturaleza, incluso con regularidad, ya sean los años entre los ciclos de reproducción de las cigarras o los días de un ciclo lunar. Pero los propios números, las encamaciones simbólicas de estas cantidades regulares, no existen fuera de la creación humana. Y no nacimos con la habilidad de distinguir de manera exacta conjuntos pequeños de elementos. Los números son creaciones humanas como cocinar, las herramientas de piedra o la rueda, y modificaron los entornos en los cuales vivimos y evolucionamos (facilitaron, por ejemplo, el desarrollo de la agricultura y de la escritura). Transformaron, en definitiva, la condición humana. En un mundo sin números, en culturas anuméricas (a diferencia del lenguaje, los números están ausentes en algunas de las civilizaciones del mundo), muchas cuestiones no tienen sentido, no se pueden ni preguntar ni responder.