Refugio de vagabundos letrados y de ancianos que se han olvidado de morir, el Parque México es el escenario protagónico de este libro. Desde ahí el escritor esculca, recupera y marca la historia trágica, cómica a veces, interesante siempre, de esos seres que se pierden entre árboles, andadores y restaurantes de la colonia Condesa, al tiempo que evoca, con intermitencias, sus orígenes en los linderos del Rio Suchiate y los años juveniles de protesta, guerrilla, y encierro en el Palacio Negro de Lecumberri. En este ejercicio prodigioso de la memoria desfilan comandantes de guerras perdidas y partidarios de la anarquía y de las matemáticas; petroleros leales a Pemex y a México; burócratas saboteadores del erario, adormilados en los puestos de trabajo, sableadores de la productividad y cómplices del “aire fétido del ocio”. Y hasta perros soberbios, nostálgicos, enérgicos. El Parque México es el universo de la vida, y Saúl López de la Torre logra recrearlo con las arman a la precisión y la belleza en las palabras.
