El paseante de cadáveres es un magistral conjunto de relatos periodísticos que nos conduce al corazón de un país que se perfila para ser la siguiente cultura hegemónica en el mundo. A través de estremecedoras y punzantes entrevistas a personajes marginales ?ladrones, mendigos, niños de la calle, prostitutas, limpia baños, profesores, campesinos, pervertidos sexuales, burócratas, monjes, adivinos, músicos, artistas callejeros, y un largo etcétera?, nos adentra en la convulsa y terrible historia reciente de un país en el que el comunismo y el desarrollo económico han convivido con realidades de hambruna y canibalismo, de tortura y control político, de violencia, muerte e injusticia. Al mismo tiempo, nos transporta por sus encantadoras tradiciones y creencias ancestrales, situándonos, con ello, en una perspectiva de la realidad china completamente ajena y diferente a la que suele circular en los medios. Algunas de las historias de este precioso volumen reflejan situaciones como la añeja costumbre de los paseantes de cadáveres: personajes que se contratan para transportar hasta su hogar a aquéllos que fallecieron fuera de su lugar de origen, para que su alma pueda encontrar el descanso eterno, cuestión que llevan a cabo con misteriosas y místicas procesiones, en las que el cadáver es tratado como si siguiera con vida. También dibujan personajes fascinantes, como un viejo campesino que logró convencer a toda la población en la que vivía de que él era el verdadero emperador señalado por Dios para liberar a su pueblo, o escalofriantes relatos como el de un hombre dedicado a vender mujeres del sur del país en poblados en donde casi la totalidad de los habitantes es masculina.