El termino modernidad es uno de los que con ma frecuencia se acota una vasta extension de tiempo cumpliendo uno de los fines que su propia fundamentacion prometia: la uniformidad. Sobre todo la idea de uniformidad ligada a sus hermanas desarrollo, progreso, bienestar. Ideas que tratan de defender aquellos protagonistas politicos que enarbolan la bandera de la Modernidad con poco conocimiento de sus sentido. Pero Por que la modernidad? Que posee de especial interes este termino despues de mas de dos siglos de su invencion y uso? Quiza podriamos encontrar la respuesta en los que los padres de la modernidad pretnedieron ofrecernos en su momento y que hoy constituye el pensamiento racionalista extendido por la hegemonia euronorteamericana. De todas esas promesas ya sabidas, la que motiva la discusion del presente texto es la de la autonomia de los individuos modernos. La autonomia kantiana entendida como exigencia de autodeterminarnos, es decir, cumplir la promesa de atrevernos a pensar y actuar po nosotros mismos autodeterminandonos. A partir de esta primera exigencia moderna, podemos pasar por el tamiz del analisis critico el cumplimiento de las promesas de los mismos postulados teoricos que la sustentan. Tomarle el pulso a la modernidad, dialogar con ella para diluir los polos aun existentes entre teoria y praxis, nacional-internacional, estado-sociedad civil, desarrollo-subdesarrollo, masculino-femenino.
