Confucio (551 – 479 a. C.) fue un filósofo de tendencias prácticas y voluntariamente limitado, que no pretendió ver más allá de la realidad, incluso, las especulaciones filosóficas sobre Dios y el destino del hombre no fueron objeto de su investigación. Precisamente frente a la escuela pragmática de Confucio surge la espiritualista de Lao-Tsé.