En el fondo, Nick sabía que debía negarse a seguir espiando para La Compañía, destruir la carta y olvidarse de ellos, aunque tuviera que pagar las diez libras de la apuesta. Tenía que decidir entre perderlo todo o ayudar a robar la tienda.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información