En México, la ciencia ficción es a menudo mal comprendida. ¿De qué puede tratar?, preguntan los escépticos. ¿De mariachis en el espacio? ¿De Sor Juana Inés de la Cruz viajando en el tiempo? Quizá, pero no son ese tipo de historias las que encontrará el lector en estas páginas. Aunque la primera obra conocida de ciencia ficción mexicana data de 1775, los perpetradores del subgénero han tenido que publicar su trabajo a salto de mata, siempre desde los márgenes. Con raras excepciones, los narradores de lo imaginativo han conformado un gremio fantasmal, casi una leyenda urbana. Para difundir el quehacer de ese extraño gremio al que él mismo pertenece, el monero, ilustrador, historietista y escritor Bef nos ofrece aquí un puñado de sus cuentos mexicanos favoritos inscritos en la también llamada ficción especulativa.