El espacio cósmico estaba ahí?, dice Jorge Luis Borges en referencia al Aleph, ese objeto que encerraba iodos los lugares de la Tierra. Es posible clue ahora, con la cantidad apabullarle de dalos que circulan cn I ntcrncl, estemos viviendo una versión renovada del artificio borgeano y, también, nos enconlrcnios expuestos a sus mayores arbitrariedades. Todos conocemos la imbricación y la televisión, el ritmo que impone el zapping , el ejercicio de libertad y exhibición que ofrecen los blogs. la existencia de nuevas formas de relación social y personal en espacios virtuales como el chal y la mensajeria instantánea. Todo el mundo, en todo momento, quiere estar informado ele lo que ocurre en cada rincón del planeta, pero no todas las personas pueden conectarse tan lácilmenle a la Red de redes. No hay dudas de que hemos llegado a la Sociedad de la Información, un acontecimiento inherente a nuestra cultura y cuyo eje vertebral esta constituido, principalmente, por Internet. ¿Pero sabernos cuáles son las earacterisl icas de esa Sociedad, cómo se relacionan sus componentes y de qué manera se artículan empresas informal leas, gobiernos, países .y usuarios?