Este libro es una especie de infiltración burlona, escrita en clave, a la cotidianidad de una aristocracia añeja que vive del recuerdo criollo, en la Ciudad de México. En cada familia hay pasados ilustres y otros ocultos; desenterrarlos es una vocación. Los laureles en los que duermen los personajes de esta obra son, quizás, un castillo en el aire, pero eso no le importa al protagonista de esta historia, quien pertenece a ellos al tiempo que es diletante. Esta obra es una trama en la que poco a poco se va revelando la radiografía de algunos miembros de esa sociedad, mientras el narrador, un flaneur intempestivo y observador, constantemente pone un pie afuera para mirar mejor y hacer un retrato muy particular.
